El Iglesias más maquiavélico: alaba a su enemigo Errejón para evitar el batacazo de Podemos en Andalucía

Pablo Iglesias ha protagonizado este domingo un acto en San Fernando (Cádiz) donde, como acostumbra, no da puntada sin hilo. Ante un Podemos a la deriva, que está al borde de la extinción, se ha abrazado a Íñigo Errejón, que ahora se ha convertido en uno de los colaboradores más estrechos de Yolanda Díaz. A pesar de que el ex líder morado ha cargado hasta la saciedad recientemente contra el dirigente de Más País, ahora le alaba públicamente por su trabajo en la campaña de Por Andalucía.

El exvicepresidente del Gobierno brindaba así su apoyo y cariño a la candidatura de Por Andalucía. Ha ensalzado a Inma Nieto, la candidata, que, según ha dicho, «lo está haciendo muy bien y lo hizo muy bien en el debate». Pero no se ha quedado ahí. Iglesias ha destacado también el papel en la campaña andaluza del 19J de la vicepresidenta del Gobierno y ministra, Yolanda Díaz, y del portavoz de Más País, Íñigo Errejón, que se encontraban este domingo a la misma hora en un mitin en Málaga sin pesos pesados de Podemos.

El ex secretario general morado ha asumido la máxima atribuida a escritor italiano del siglo XVI Nicolás Maquiavelo de adoptar acciones o actitudes de astucia y engaño para conseguir un objetivo específico, sin importar los medios empleados para alcanzarlo. Ha mostrado su versión más postureta ensalzando a un Errejón que, en el fondo, considera un traidor.

Pablo Iglesias despotricó contra Errejón a raíz de la alianza que firmó el segundo con Manuela Carmena en el pacto de las empanadillas. Tras años de roces en Podemos con la asamblea de Vistalegre 2 como momento álgido, Iglesias se lanzó a la yugular de su otrora pupilo. «No doy crédito a que Manuela e Íñigo nos hayan ocultado que preparaban un proyecto electoral propio para la Comunidad de Madrid y que lo hayan anunciado por sorpresa. Creo que nuestros inscritos se merecen más respeto», espetó.

«Vergonzoso»

El ahora podcaster fue más allá y habló de «vergüenza». «No es la primera vez que somos noticia por este tipo de cosas y vuelvo a sentir vergüenza de que se hable de nosotros por maniobras de este tipo. Hace ya dos años, la Asamblea de Vistalegre mostró una herida y una falta de madurez que os avergonzó y nos avergonzó», afirmó en un comunicado durante un permiso de paternidad en el que lanzó su célebre «Íñigo no es Manuela» para justificar la candidatura de Isa Serra a la Asamblea de Madrid.

Sin embargo, las diferencias que parecían insalvables ahora no lo son tanto, cuando Podemos está en una crisis sin precedentes a un año de elecciones autonómicas y municipales. Iglesias, que hasta hace semanas –por ejemplo, en su último libro– despellejaba a Errejón por olvidar las tesis de la izquierda para venderse a los grandes grupos de comunicación, ahora se abraza a su antiguo amigo.

Andalucía

De vuelta al 2022, Pablo Iglesias se ha deshecho en parabienes con Díaz –que constantemente está haciendo feos a Podemos–, Nieto –que no era la candidata de Podemos Andalucía– y el propio Errejón. Ha apoyado a Nieto como hipotética presidenta de Andalucía y ha augurado en que si la gente de izquierda en Andalucía se moviliza «después de las elecciones habrá un gobierno decente». Un dardo al Gobierno de PP y Cs, que lidera Juanma Moreno, a pesar de que no han provocado ningún caso de corrupción comparable a los de la izquierda de PSOE e IU en anteriores legislaturas.

Pablo Iglesias ha presentado así su libro Verdades a la Cara, donde también criticaba a Más Madrid, candidatura con la que no logró confluir de cara a las elecciones madrileñas del 4M. Le ha acompañado el candidato de la coalición Por Andalucía al 19J por Cádiz, Juan Antonio Delgado, el guardia civil que sí era su apuesta para tratar de alcanzar el Palacio de San Telmo.

Sobre Delgado, ha puesto de relieve «su valentía», para «colgar el uniforme de Guardia Civil y dar un paso adelante en Podemos». «Si haces políticas con Podemos sabes que vas a tener encima poderes sin escrúpulos que van a tratar de hacerte la vida imposible», ha indicado.

También ha afeado que «históricamente la izquierda ha dejado que la derecha ocupe una serie de espacios relacionados con el Estado, la seguridad o la empresa». Es, dice, el origen de «buena parte de los problemas de España». Si en esos ámbitos «no hay gente de izquierda es muy difícil cambiar las cosas», lamenta.